An American Affair

1013697_504334482973754_867617625_n  Beatriz Salcedo-Strumpf

—Iré a San Francisco la semana entrante a dar unas conferencias y llevo de invitada a la chica que comenzó a trabajar este mes porque necesita un entrenamiento–, me comunicó mi esposo un día antes de su viaje.

—¿Otra vez? ¡Es tu cuarta desaparición en dos meses!– Le respondí con rabia y abandoné la habitación azotando la puerta. Salí a caminar para tranquilizarme. No me importaba que los copos de nieve aterrizaran en mi semblante y que el ventarrón despeinara mi cabello. Necesitaba aire fresco para bajar la tensión.

Él se rehusaba a ir a terapía y yo estaba harta ya de ser siempre la Dra. Freud, y de empujar el auto para mejorar la relación.

—No entiendo lo que quieres de mí. Soy un buen proveedor.

—¿Eso significa ser un buen compañero para ti? Yo también trabajo fuera de casa, doy clases de danza y dirijo el grupo de la Universidad. Te lo he mencionado innumerables veces que necesito que me muestres tus emociones y sentimientos. Parece que vivo con un robot. ¡Ah, y raras veces pasamos el tiempo juntos!

Y, como cada vez que hablábamos del tema, repitió las mismas palabras:

—Todo es mi culpa.

Yo me sentía muy mal, a punto de estallar.

Después de tanto estire y afloje me sentía como una muñeca de trapo sin fuerza y desgastada. Así que yo también hice planes. Le comuniqué a Javier que ese mismo fin de semana, yo iría a la ciudad de Nueva York a visitar a mi amiga Cristina. Por supuesto, mis intenciones eran otras.

Hacía tiempo que mi amigo Paul insistía en verme en algún lugar por un par de días. Le propuse tener un rendez vous el mismo fin de semana que Javier se ausentaba. Velozmente, Paul confirmó nuestro encuentro.

Conocí a Paul en un congreso en algún lugar de Tejas hacía seis o siete años. Recuerdo que había presentado su más reciente libro. Nuestro encuentro fue muy amigable y quedamos en escribirnos correos electrónicos. Y así fue; los recibía esporádicamente. Éstos eran muy escuetos y nunca me imaginé que hubiera un sentimiento amoroso de su parte. Cuando se despedía cortés, no se olvidaba de mencionar: “Con afecto de tu amigo, Paul”. Yo le contestaba: “Te recuerdo con cariño”, o “Hasta el próximo encuentro electrónico”. Me agradaba la idea de conservarlo como él lo deseaba: un verdadero amigo.

Después de varios años de mantener esa relación epistolar, de repente Paul me dijo que se sentía atraído por mí y que deseaba verme. Lo cierto es que su invitación a encontrarnos llegó en el momento más oportuno de mi vida y no podía desaprovecharla. Así que rápidamente realicé lo necesario para ir verlo.

Recordaba a Paul muy guapo, alto y delgado, con piel color amielada, y un mirar azul profundo. Me desconcertaba que a sus cinco décadas no se hubiera casado.

El mismo día que Javier partió para San Francisco, yo me arranqué “a la metrópoli que nunca duerme”, al Hotel Marriot, en el barrio de Times Square. Paul arribó más tarde que yo. Él había tomado el autobús de Atlanta hasta Nueva York.

Nuestro encuentro fue muy efusivo. Sobraba de qué charlar. Él se moría de hambre, de modo que salimos a buscar un restaurante por la bulliciosa calle de Broadway. Caminamos tomados de la mano como dos felices adolescentes. Durante la cena gozamos de la charla como unas verdaderas cacatúas hasta quedarnos casi sin saliva. Mi felicidad era tal que parecía que me había sacado la lotería. Paul también sonreía y constantemente, me soltaba piropos:

—MariFer, estás más bella que nunca.

Y yo le respondía con otro cumplido:

—Paul, te veo más atlético, más interesante, más…

Nos contamos nuestras últimas travesías en diversos países, acerca de nuestras familias y amigos; discutimos todas las novedades que se suscitaban a nuestro alrededor.

De retorno al hotel, yo seguía de parlachina hasta que él me interrumpió:

— Fer, quiero besarte—. Lo dijo con una gran pasión. No fue necesario darle respuesta.

Todo parecía como un bello arcoiris cuando me comunicó con voz dolida:

—¡Fer, no sé que pasa. No puedo, no puedo.

Aunque impactada, o descontrolada, le dije con ternura: —No importa. Podemos acariciarnos.

Él contestó sin mostrar vergüenza o desilusión:

—Gracias, Fer, por tu comprensión.

Y nos acariciamos y nos besamos.

Al día siguiente, salimos a pasear por el Central Park, escuchamos un concierto de Bach en una iglesia, y luego, en un museo, vimos una exposición acerca de la exclavitud.

Antes de dejar el hotel fuimos a almorzar a uno de los miles de restaurantes étnicos que ofrece esta grandiosa metrópoli.

El fin de semana terminó y con él nuestro fallido rendez vous. Esa misma tarde, Paul volvió a Atlanta y yo a casa, al igual que Javier también. Me despedí amable; pero en realidad me sentía frustrada y con una gran desilusión porque había imaginado una inolvidable noche de pasión con ese hombre que parecía un dios griego. Acepté que la magia y la ilusión murieron de frío aquella noche que quise dizque dar vuelo a mi libertad.

De  regreso en casa los mensajes electrónicos iban y venían entre Paul y yo; otra vez como al principio.

Sin más cosas interesantes en la vida pasó un año. Por ese entonces recibí una invitación de un centro de cultura de Atlanta para bailar y me solicitaban una representación de bailes folklóricos de México. Primero pensé en escribir a Paul que iría a su ciudad; luego lo pensé mejor, y no lo hice no fuera que me dieran ganas de salir con él  otra vez.

Al final de la presentación, cuando salí a recibir los aplausos como la directora del grupo ¿a quién vi en la primera fila? Sí, a Paul, sonriendo a su pareja, tomó su mano y la llevó a sus labios, la besó goloso y pícaro. Lo que me tenía con la boca más abierta es que no era una mujer, sino otro hombre tan bello como él.

En un momento dado se cruzaron nuestras miradas, y vi que era su manera de explicarme que lo había intentado con alguien como yo, supe entonces porqué me falló aquella noche en Nueva York.

 

 

 

19 thoughts on “An American Affair

  1. This is a really interesting short story. Or section of a novel. I find that in life if it is too good to be true it is. In this case Paul (who mysteriously not married after all these years) turned out to be gay. Good for him for being open and being willing to show his true feelings. He appreciated the author as a true loving friend. I thought this was great and thank you for sharing. -Clayton Munger

  2. Me encanto este cuento, aunque me parece mas como un diario personal. Me encanto el suspenso y el final del cuento porque de verdad fue inesperado. También se me hizo chisto el final, porque cuando vio a Paul con su pareja la pregunta que tenia sobre esa noche en nueva york fue respondida sin palabras. Me imagino como la actriz de este cuento se debió de a ver sentido, seguro fue un alivio saber que lo que paso esa noche no tenia nada que ver con ella. Siempre me sorprenden sus cuentos.

  3. This story was extremely interesting, it seemed to be out of a diary or some sort of personal journal. The suspense was incredibly high for the small amount of words and descriptions throughout. It definitely portrays that being yourself is a good thing even if the circumstances may be hard. It is kind of weird though how he just showed up to one of her dance performances, and even in the front row!! I guess the woman messed around with 2 men and ended up getting hurt because of it. Shows what comes around goes around!

  4. No esperaba que al principio. Sólo puedo imaginar lo que debe haber sentido como después de ver a Paul y su novio. La historia era de suspenso y se sentía real. Usted debe extenderlo y convertirlo en una novela.

  5. Esto es un cuenta muy interesante a mi porque las temas son muy adultos y pertinente a nuestro sociedad moderna.

  6. Creo que este pasaje se desprende la idea de que todo sucede por una razón. Cuando quiso engañar a su marido, sin saber si estaba aún viendo a otra mujer, ella terminó recibiendo su merecido al final. Al leer este pasaje me dio la sensación de que era casi como una entrada en el diario. Yo no esperaba que terminara con Pablo ser homosexual, pero realmente até la historia juntos.

  7. wow esta historia es muy interesante Strumpf profesor! El aspecto de suspenso me recuerda a una novela de Edgar Allan Poe leí para mi clase de Inglés aquí. ¿Ha pensado en escribir un libro de cuentos?

  8. Me gustó mucho la historia. Me identifico con el principio porque mis padres han pasado por somethng similar con mi madre siempre estar lejos . Me pregunto cómo se acaba de aparecer en el espectáculo de danza .

  9. This was a highly interesting and entertaining story. As an english major, I always look for short stories that can really grab someone into it, and this story does just that. I think the suspense and build up is what really made it so interesting. I really like that the story line promotes being yourself and who you really are. Its a positive message that many people seem to loose in the current day and age of perfect models, and the strive for a perfect body.

  10. Me encanta cuentos, tuve que traducirlo, pero lo entendí en general. Tengo un poco de escritura creativa por lo que estoy familiarizado con el proceso de escribir historias.

  11. Esta historia fue genial. Realmente conseguí mi atención temprano. El suspenso de la historia realmente me atrajo. La moraleja de la historia es que nunca estarás en algún lugar donde no estés. Siempre sé tu mismo.

  12. I like that the story is about being yourself and that you should think of yourself positively.

  13. This is a very interesting short story. How she is stuck in this imaginary world will everything is changing. The man coming out was a shock but very good read

  14. Sinceramente, un giro bastante loco. Felicito a Hikm por hacer el esfuerzo de mostrar por qué estaba tan indecisa. Paulk parece pensativo y bien intencionado. Tal vez no sabía si era gay a través de todos esos correos electrónicos de ida y vuelta a lo largo de los años. Algunos piensan que solo aceptan ser gay mucho más tarde en la vida, aunque eso parece estar cambiando ahora. Hay formas mucho peores en las que la historia pudo haber terminado y me alegro de que haya terminado con una nota feliz

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